La desnutrición en el cáncer puede aparecer, principalmente, por 5 causas:
- Escaso aporte de energía y nutrientes.
- Alteraciones de la digestión y/o absorción de nutrientes.
- Aumento de las necesidades.
- Alteraciones en el Metabolismo de los nutrientes-
- Alteraciones psicosociales derivadas de la enfermedad.
MALNUTRICIÓN
Entre el 30% y 80% de los pacientes de cáncer sufren malnutrición en algún momento del proceso oncológico. SEOM.
Pérdida de energía
Para el 60% de los pacientes, LA PÉRDIDA DE ENERGÍA y EL CANSANCIO resultó el mayor de los problemas. GEPAC
Prevención
Entre el 30% y el 50% de los casos de cáncer son PREVENIBLES siguiendo un estilo de vida saludable y evitando ELEMENTOS DE RIEGO. OMS.

Por eso, la nutrición, el ejercicio físico y la gestión de las emociones, serán tres de los pilares en los que se debe fundamentar el tratamiento médico para alcanzar su máxima efectividad.
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Justificación Científica
En el paciente oncológico es frecuente una disminución del estado nutricional, pudiendo desencadenar consecuencias fatales. Por ello, dada la importancia del estado nutricional en el pronóstico de los pacientes, es esencial realizar una correcta evaluación nutricional [1]. En concreto, se ha realizado una valoración nutricional basada en la evaluación del estado nutricional en el paciente oncológico de la SEOM, realizándose una valoración global subjetiva en la cual se ha determinado el riesgo de desnutrición de cada paciente [2].
Tras la pertinente evaluación del estado nutricional, los pacientes con un estado nutricional inadecuado, se derivan automáticamente a un dietista-nutricionista cualificado. Si la evaluación nutricional resulta negativa, se realiza la derivación al dietista-nutricionista debido a la necesidad del paciente de una intervención nutricional exhaustiva y detallada, en la cual se deben establecer estrategias de actuación concretas para las cuales es necesario un trabajo personalizado e individual por parte del profesional. Además, en esta situación, es necesario un abordaje lo más integral posible, incorporando herramientas como suplementación o estrategias dietéticas avanzadas al tratamiento del paciente. La derivación, también se realiza debido a la vulnerabilidad del paciente con un pobre estado nutricional, ya que presenta un mayor riesgo y un peor pronóstico, necesitando así un tratamiento más exhaustivo.
Si el estado nutricional es adecuado, se realiza un plan dietético nutricional basado en las directrices de la ESPEN para la nutrición en pacientes con cáncer [3]. Se elaboró el plan dietético-nutricional asegurando cumplir las recomendaciones en cuanto a necesidades energéticas y necesidades proteicas de la ESPEN [3], con el objetivo primordial de evitar la malnutrición oncológica [4]. Si no se cumple con el objetivo establecido según las recomendaciones, se deriva automáticamente a un profesional cualificado, tal y como se expresa en el árbol de decisiones para el tratamiento nutricional del paciente con cáncer [3].
Por otra parte, los tratamientos convencionales pueden desencadenar una sintomatología secundaria diferente según cada paciente. Por ello, se han proporcionado recomendaciones nutricionales y culinarias específicas para cada sintomatología, en relación a la evidencia científica previa [5–8].
El sistema inmune del paciente oncológico puede verse debilitado debido a la agresividad de los tratamientos convencionales. Por ello, es necesario mantener unas recomendaciones adecuadas de higiene y seguridad alimentaria durante la preparación y manipulación de alimentos, para esto, se ha proporcionado unas recomendaciones basadas en el informe específico de la FDA [9].
El proceso de cocinado es además de esencial importancia ya que es necesario evitar procesos en los que se puedan producir sustancias por-carcinogénicas, priorizando por tanto preparaciones saludables. Por ello, se han proporcionado recomendaciones específicas para un cocinado saludable de los alimentos [10].
Respecto a supervivientes de cáncer, se han realizado recomendaciones tanto generales como específicas según localización tumoral basadas en la evidencia científica previa [11–16] priorizando siempre mantener un patrón dietético mediterráneo [17,18]. Se ha realizado una adaptación de los planes dietéticos-nutricionales basándose en una elección correcta de alimentos saludables tal y como se expresa en los informes del European Code Against Cancer, WCRF/AICR y ESPEN [19–21].